lunes, 18 de agosto de 2014

Una visita a las colonias de la República Argentina, de Alejo Peyret (1889)





«Son familias italianas, friulanas, como las de la colonia Avellaneda; se ha notado que, aunque trabajadoras, son poco progresistas, como que vienen de un país donde impera la rutina. Viven en habitaciones muy primitivas y caminan descalzos, hombres y mujeres, aun cuando van a misa.»


Alejo Peyret, Una visita a las colonias de la República Argentina. Buenos Aires, 1889.

El pan nuestro. Panorama social de las regiones cerealistas argentinas, de Gastón Gori (1958)



«Prácticamente, la totalidad de los inmigrantes y nativos agricultores vivió en esa deleznable construcción  –signo de la miseria– que se llama rancho. Vivieron los campesinos en la tierra, y se protegieron con tierra, es decir, con lo más barato; con un habitáculo de necesidad y de inspiración indígena. El arrendatario y el comprador hipotecario no invertirían, desde luego, un solo centavo más que lo indispensable en mejoras que, a corto plazo, podían resultar del dominio del locador. Lo contrario ocurre cuando los colonos poseen el título de propiedad, pero los que llegaron a ello tuvieron aún por delante muchos años de inauditas privaciones, de deformación de la personalidad por ahorros y mezquindades incruentas, para poder vivir en habitaciones más o menos adecuadas a la dignidad del hombre.»


Gastón Gori, El pan nuestro. Panorama social de las regiones cerealistas argentinas. Edic. Galatea, 1958.